Visitando a Kyoya~

- Me pregunto si estará Kyoya, hace ya varias semanas que no lo veo -


Dice sonriendo. Camina lentamente con las manos en los bolsillos dirigiéndose a donde solía encontrar a uno de los jóvenes más violentos de la escuela: Hibari Kyoya. Habían pasado ya varios días sin verlo, quizás meses, pero atiborrado de trabajo como siempre estaba; no tenía mucho tiempo.
Sonrió al pensar que quizás Kyoya se habría dado cuenta de su "desaparición".


Llegó a la puerta del salón del comité de diciplina, el cual tenía las luces prendidas, las clases ya habían terminado así que el único que podría estar allí dentro era él. Tocó ligeramente la puerta y esperó.

Se encontraba semi-acostado en uno de los muchos sillones del salón del comité disciplinario del instituto, descansando de otro dia agitado por culpa de los nuevos caóticos compañeros del castaño, que tenían a su comité mas activo que nunca con todos sus problemas, mejor para el. Odiaba que interrumpieran su sueño, le molestaba bastante. Por esto mismo no le iría bien al que se hallara detrás de la entrada, puesto que se encontraba bastante sumido en su sueño reponedor y el ruido de la puerta le había perturbado.

-Hmm...- dio un ligero bostezo y se levanto, con una tonfa en mano mientras se dirigía a la puerta, la cual abrio y reconoció en seguida al contrario. Debía admitir que no había notado su ausencia para nada, ni tampoco le importaba. Pero quizas esta vez su encuentro fuera mas memorable con algun enfrentamiento entre los dos- ¿A que has venido?

- Oh! Buenas tardes Kyoya, no sabía que estabas dormido. - Sonríe al notar como el cabello del actual presidente del comité de disciplina no se encontraba en tan perfecto estado como lucía normalmente. Eso expresaba notoriamente que acababa de levantarse y que era mejor que no hiciera un comentario sin pensar o podría suceder algo malo. Sabía con certeza que Kyoya no era muy amable al despertar.


- ¿Puedo pasar? - Fue lo único inteligente que se le ocurrió decir. Ahora que lo notaba ¿Dónde estaba Romario?

Quedo mirando indiferente unos segundos al rubio, analizando sus palabras. Se encontraba realmente cansado, quizás demasiado como para llevar a cabo una pelea contra el en ese momento, pero aun así no iba a dejar que aquel enfrentamiento nunca se llevase a cabo. Quizá mas tarde...

-Pasa...-dijo tras soltar un suspiro con una clara resignación. Abrió mas la puerta para darle entrada al contrario, volteándose y entrando en la habitación, dejo la tonfa que empuñaba en una de las mesas que por ahí habían. La usaría mas tarde de seguro. Se sentó en el mismo sofa en el cual había estado acostado unos minutos atrás y espero a que el rubio entrara, sin saber a que venia.

Le sorprendió ligeramente la respuesta del presidente del comité de disciplina, no era normal que fuera tan, tan tranquilo por así decirlo. Debe ser que estaba cansado.

Sonrió algo nervioso al ver la puerta algo más abierta. Se adentró silenciosamente a la habitación. Conocía perfectamente ese lugar, ya había estado en constantes ocasiones allí, siempre para entrenar a Kyoya. Pero en este mismo instante no era que tuviera muchas ganas de hacerlo, además de que sabía que Romario no se encontraba muy cerca como para que su pelea con el presidente fuera lo suficientemente satisfactoria para ambos. Sabía que si no era así Kyoya podría hacerla algo... Pero en ese momento no era lo más importante, solo había ido a visitarlo, sin ninguna razón en particular.

Vió como Kyoya se dirigía al sofá. Él seguía en casi la misma situación. De pie cerca a la puerta, un par de metros más adentro.

- Bueno, entonces... - Empezó a hablar. Sonrió algo nervioso, a decir verdad pocas veces había estado completamente solo con él. No era que le asustara como a mucha gente, no le intimidaba enlo absoluto, sabía como calmarlo. Solo era extraña la situación. - Vine a visitarte Kyoya.

¿Una visita y no para seguir entrenando? Eso si era curioso, pues el rubio nunca había venido con otro motivo mas que ese, de seguro se hallaba en un día aburrido como cualquier otro. Le miro desde su posición cruzándose de brazos, tronandose el cuello. Su expresion seguia indiferente y desinteresada, hasta algo despreciativa.

-¿Nada de entrenamiento?- le pregunto con voz algo grave solo para asegurarse- Es raro recibir una visita tuya- de hecho le era raro recibir visitas de cualquier tipo, tampoco las requeria. No eran de su importancia.

Lo miro algo sorprendido. Kyoya en realidad disfrutaba de esos entrenamientos. Quizás podría llamar a Romario y así podría satisfacerlo del todo, aunque en realidad no quería hacerlo, quería estar un rato con él ¿Qué hay de raro en eso? A veces pasaba rato con Tsuna, hasta había pasado rato con Takeshi, no le veía lo extraño a la situación, sin contar el hecho de que ahora era con Kyoya. El chico era diferente, raro, siempre amando su escuela y siempre queriendo pelear. A veces podía ser divertido, pero en ocasiones como a todo el mundo, llegaba a enojarle esa indiferencia suya.

- ¿Acaso el gran Kyoya no puede pasar un día sin entrenar? -

Dijo sonriendo algo en broma, en burla. Lo había dicho con el objetivo de enojarlo un poco quizás, quien sabe, tenía ganas de alargar esa conversación. Puso sus manos en los bolsillos de su saco y se acercó sonriendo. Se sentó en el sofá y miró el techo. Esa sería una tarde un tanto larga, pero no demasiado aburrida.

Noto que aquella pregunta iba con la intención de molestarle un poco, algo seguido en la actitud bromista del contrario, pero que poco a poco le había acostumbrado. Permaneció en silencio unos cuantos segundos, tan solo para responder a su pregunta con nada mas que un bostezo. otra muestra mas de su cansancio, volteo la mirada para verle.

-Sabes perfectamente que puedo pasar algun dia sin pelear, mas de una vez me has encontrado durmiendo cuando llegas, o con ganas de hacer nada- le dijo con voz aburrida, aclarandole todo.

Sonrió al verlo bostezar, aunque tuviera ese semblante serio en algunas ocasiones podía verse realmente lindo, aunque si decía eso estaba seguro de que no sería perdonado.

- Hahaha, claro claro Kyoya - Dijo riendo mientras llevaba su brazo por detrás de su cuello rascándose ligeramente la nuca. -

Apenas hablaban, la atmósfera se volvía cada vez más tensa y la verdad era que no sabía que hacer. Intentaba sonreír lo más que pudiera, pero a veces no podía, no había razón, sin contar de estar a su lado. Tenía que ocurrirse le algo y ya! No podía dejar que la conversación terminará allí sin haber avanzado nada, era su oportunidad, una de las pocas oportunidades que tendría en años, estar completamente solo con él...

- Eh... Kyoya - Dijo sujetando su barbilla acercándose un poco sonriendo -

Poco a poco se iba percatando como el clima se hacia mas silencioso y por consiguiente mas tenso, mas a el no le afectaba en lo mas mínimo, pero sabia que al contrario si. Tampoco tenia la atencion de hacer algo al respecto, pues si el dependía podían estar en silencio durante todo el día. Y así lo hizo, sin hablar durante el siguiente tiempo, hasta que noto que el rubio destruía el silencio, llamándole.

-¿Que?- pregunto algo agresivo quizás, típico de el aunque no lo quisiese. Noto tambien que habia un aire extraño en sus palabras y la actitud que habia adquirido de repente, mas no hizo nada.

Una sonrisa apareció en su rostro al notar que Kyoya no reaccionaba en lo absoluto. Estaba avanzando bien. Se acercó un poco más al otro hasta llegar justo al lado de su oreja.

- Oye, Kyoya... Te ves muy lindo recién despertado.

Tomó su rostro con ambas manos y acercó sus labios lentamente hacia su mejilla depositando un pequeño beso. Ahora existían dos alternativas. Una, se quedaba en esa posición y continuaba con lo que había esperado tanto tiempo o, dos, se alejaba y corría antes de que Kyoya reaccionara y lo mordiera hasta la muerte. Aunque... la segunda opción, pensándolo bien, tampoco era tan mala.

No era de aquellos que se sorprendían fácilmente, o que se les tomara desprevenido, ahora que lo pensaba, nunca lo había estado. Hasta ahora. Las palabras del rubio en un primer instante le paralizaron, y aunque no tenia que responder, tampoco hubiera podido hacer algo debido a aquel beso, que fue como un segundo golpe. No le tomo ni siquiera un segundo reincorporarse, alejándose un poco del contrario y mirándole, para luego cogerle del cuello con agresividad y alzarle, haciendo que le mirara.

-¿Que fue eso?- le pregunto con un tono mas molesto de lo normal, conteniendose para no morderle hasta la muerte.

- Oye, oye, Kyoya, tranquilo, tranquilo. -

Levantó sus manos entre ambos intentando tranquilizar al ahora enojado presidente del comité de disciplina y al la vez queriendo protegerse de este. Su sonrisa ahora era bastante nerviosa, había hecho enojar a Kyoya y ahora debía pensar en algo lo suficientemente inteligente para responderle y no morir en ese preciso instante. Aunque obviamente eso era imposible, en la situación de ira actual del muchacho, todo era posible.

¿Qué le iba a responder? Ni él mismo sabía que había sido eso, solo sabía que hace tiempo que quería estar en esa situación con Kyoya (Obiamente exceptuando su ataque de ira) y que por alguna razón se sentía realmente satisfecho solo con haberse acercado un poco.

- ¡No te enojes tanto! ¡Solo fue un ligero beso! ¡No exageres así Kyoya! -

Empezó a reír como idiota. Estaba realmente nervioso.

Muchas veces al que tenia en frente había logrado calmarle de una u otra forma, ya que había llegado a conocerle un poco mas que el resto en su forma de pensar, pero esta vez era la excepción, ya que se encontraba increíblemente molesto y enojado, demostrándolo al apretar mas el agarre de sus manos con el cual le tenia sujeto del cuello. A su parecer no exageraba, era un beso, y mas alla de que no fueran cercanos... estaba mal, mas le causaba curiosidad.

-¿Porque rayos lo hiciste?- su voz indiferente ahora se notaba mas prendida por el enojo, alzo el puño apretandolo, conteniendose... confundido.

Empezó a tranquilizarse un poco, eso era bueno, Kyoya se estaba conteniendo, pero... de nuevo esa pregunta. ¿Acaso no nota que no sabía que tenía que responder? No había una respuesta para lo que acababa de hacer, solo lo hizo, sin pensar, sin esperar nada realmente.

Miró hacia un lado buscando un modo para evadir la pregunta, pero sabía que no lo lograría, ya era la segunda vez que Kyoya le preguntaba lo mismo y era obvio que no lo dejaría escapar esta vez.
Ahora debía pensar en un plan inteligente y la mejor opción parecía ser la peor; ¿Debía ser sincero con él? Si le mentía Kyoya lo notaría al instante, así que lo único que le quedaba era decirle la razón.

¿La razón?... ¿Cuál rayos era la verdadera razón?

Empezó a pensar, no existía una verdadera razón, lo único que se le venía a la mente cuando pensaba en el porqué había besado a Kyoya, era Kyoya. Él era la única razón inteligente que podía encontrar para explicar porque lo había hecho, pero... el disciplinario no entendería eso y menos ahora que se encontraba tan enojado.

- Me gusta Kyoya -

Sonrió con esas típicas sonrisas que daba... y ahora... debía prepararse para correr lo más rápido posible.

Esperaba furioso por una respuesta decente y que explicara bien el por que de la acción del rubio.No le costaba mucho coger la tonga y golpearle, pero decidió dejar que se explicase. Sin embargo la situacion no cambio demasiado, puesto que apenas el contrario termino con su respuesta, poco a poco empezó a abrir sus parpados y todo a su alrededor parecía detenerse. Estaba con un sentimiento de sorpresa ya repetido y poco familiar hasta aquel entonces. De seguro se burlaba de el... ¿O no?

-...- soltó al contrario, pero de un brusco empujón. Mantuvo el silencio y se devolvió unos pasos a recoger sus preciadas tonfas, volteándose con una expresión ya mas familiar de su parte. Ondeo las tonfas-Kamikorosu -pronuncio tajante mientras avanzaba amenazante, mas valdría que el chico corriese por su vida.

- O-oi Kyoya! No te precipites! -

Su nerviosismo había subido. ¿Por qué? ¿Por qué Kyoya debía ser así? Que sencillo sería que fuera un poco más sumiso como Tsuna y en esa situación habría reaccionado totalmente diferente. Algo más sencillo. Pero era Kyoya y lo conocía lo suficiente para saber perfectamente que no reaccionaría como una colegiala enamorada, sino como todo lo contrario, como él era.

Cogió su látigo lo más rápido que pudo para estar preparado para cualquier contra taque. Se puso en modo de defensa. ¿En qué estaba pensando? No iba poder hacer nada. Solo debía hacerle una rápida llamada a Romario y llegaría en unos segundos y el que esté simplemente afuera del establecimiento podía darle la suficiente fuerza para poder defenderse del disciplinario. Metió la mano en su bolsillo. Tragó saliva.

- K-kyoya, recuerda que tú fuiste el que quería saber la razón desde un principio! -

Bien... eso le daría algo de tiempo... supongo.

¿Que no se precipitara? Era un comentario bastante estúpido considerando que debía ser el guardian mas precipitado y agresivo de cualquier familia. Mas que estúpido, era algo extraño viniendo del rubio, que le conocia bastante bien como para saber que el no reaccionaria asi, ni que tampoco se detendría así. Vio como sacaba su arma para defenderse, pero sabia que seria inútil sin uno de sus ayudantes cerca, por lo que infirió que el contrario intentaba ganar tiempo. De eso nada.

-Pues no me ha gustado esa razón...-contesto rapidamente, mientras las palabras del chico aun rebotaban por su cabeza. Sacudió esta y ondeo nuevamente su arma, a la que agrego unas envolventes llamas de la nube, que demostraban su molestia. Se lanzo contra el otro, apuntando un mortal golpe a su estomago.

El golpe del contrario llegó a él sin dejarle el suficiente tiempo de reaccionar. El aire se le esfumó por unos segundos. Ese golpe había aparecido con demasiado odio, ira

. Solo unos minutos más, solo debía esperar un poco más para que Romario llegara. El mensaje había sido enviado y sabiendo como era Romario, de seguro él y sus demás ayudantes estarían a pocas calles de allí.

Se arrodilló contra el suelo aún sujetando su látigo. Trago saliva. ¿Por qué se le había ocurrido decir algo así cuando no estaba nadie de su familia?

Intentó recuperar el aliento, los minutos parecían largos. Si decía algo más sin precaución desataría aún más la ira de Kyoya. Bueno, ese lado incontrolable era una de las muchas cosas que le gustaban de él.

Pudo oir una bocina a lo lejos, exactamente en la puerta principal de la escuela.

- Por fin... - Suspiró de alivio y le dio una sonrisa a Kyoya. -

Cometió el error de dar un solo ataque, debió haber dado mas golpes para acabarlo antes de que sus ayudantes llegara, dándole la fuerza para defenderse. Escucho el ruido de la bocina que dio cuenta de su error, pero ya era tarde; solo se haría mas emocionante la inevitable paliza que le tenia especialmente preparada. Miro su látigo, que no seria de mucho uso en aquel cuarto, sonriendo ante su ventaja. Le miro con desprecio cuando este le sonrió

-No sonrías y pelea- dijo intimidante como si de una orden se tratase, pateando luego un par de sillas que estorbaban en su camino y que resonaron en el desocupado establecimiento, notándose el odio natural del chico, pero en esa ocasión era intenso. Sus ataques iban con una intencional mas allá de dejarle un par de moretones como acostumbraba con la escoria de la escuela.

Una vez que había despejado el camino dio unos rápidos pasos al chico que aun estaba en el suelo, dando un rápido salto, atacandole con un golpe que derribaría a cualquiera.

Casi automáticamente cogió su látigo por una segunda vez y se puso en posición de defensa, de una manera mucho más profesional que la anterior. Volvió a sonreir, algo en la actitud desafiante de Kyoya le hacía hacer eso.
Giró la empuñadora de su arma ligeramente, lo suficiente para poder tomar una de las muñecas del disciplinario. Recordaba esa escena. Ahora tenía el tiempo para pararse.

Cuando Kyoya se enojada demasiado no pensaba lo suficiente, no reaccionaba lo suficientemenete rápido, eso había aprendido en todo el tiempo que había estado a su lado. Pero el chico era demasiado inteligente, eso sabía con certeza. No debía bajar la guardia, estaba seguro que en cualquier momento haría algo para cambiar la posición de ambos.

De nuevo sonrió.

Durante unos segundos fue cegado por el enojo del momento, lo que provoco que no estuviera al tanto de sus defensas, y ademas de fallar en el ataque, quedo con una de sus muñecas atrapada en el arma del contrario. Apretó los dientes con fuerza, aun mas molesto que antes, pero sabia que si no se controlaba seguiría fallando en los siguientes golpes, por lo que dio un pesado suspiro en un intento por calmarse. Debía actuar rápido, para no darle la oportunidad al chico de que pensara en su siguiente movimiento, y considerando en como era su actitud supuso que solo se mantendría a la defensiva. Aun tenia su otro brazo libre, por lo que con un rápido movimiento paso la tonfa a la mano libre, ondeandola rápidamente y arremetiendo contra el rubio y dirigiendo un golpe a su mano para soltarse del agarre, y botando el látigo a los pies del otro.

Le devolvió la molesta sonrisa que le había dado, pero con un aire mas amenazante, mas a su manera. Aun se encontraba reprimiendo su enojo, que ya se controlaba mejor a medida que pasaban los segundos. Aprovechando a su oponente desarmado, arremetió de nuevo con varios golpes.

Ahora era capaz de ver las consecuencias de sus acciones. Las terribles consecuencias, por las cuales mentiría si dijera que no las esperaba. Kyoya estaba demasiado enojado. En pocas ocasiones había visto claramente ese enojo, esa ira del otro que decía con firmeza en sus ojos que no lo dejaría hasta verlo agonizando en el suelo, y aún después de eso seguiría atacando... Porque así era Kyoya.

Dio un par de pasos atrás esquivando la gran mayoría de movimientos que el otro daba. Derecha, abajo, abajo, izquierda, derecha, abajo. Podría decirse que se sabía casi de memoria lo que haría, en algunos momentos se le haría imposible, pero ahora estaba seguro de que el disciplinario no estaba pensando con la suficiente inteligencia. Culpa de la ira.

Más golpes. Algunos los esquivaba, otros se quedaba quieto a propósito, si no lo hacía Kyoya notaría que ya se había aprendido la serie de sus ataques. No era algo que cualquiera pudiera hacer, solo el podía.

Poco a poco empezó a aburrirle la rutina. ¿Aburrirle? No. Mas bien poco a poco le aburriría a Kyoya.

Tomó nuevamente su látigo y dio nuevamente un paso atrás para tomar fuerza. Lanzó un nuevo ataque.

Sabia bien que hacia el contrario, pero el también sabia que haría el, por lo que ninguno de los dos terminaría cediendo muy rápido. Al final todo era una pelea de movimientos planeados inútilmente, ya que conocían sus maneras de moverse muy bien el uno del otro. Luego de tanto rato lanzando golpes y fallando la mayoría de ellos, había notado que recibía algunos a propósito. Necesitaba cambiar de estrategia si quería ver al rubio agonizante de una buena vez, pero este no le dio tiempo cuando lanzo un nuevo ataque. Mientras observaba el ataque del mayor ir hacia el, pensó por unos segundos en esquivarlo, pero quería probar que pasaría si recibía el golpe de manera directa. Lo soportaría bien.

Bajo sus brazos y se quedo firme, viendo como el látigo iba hacia el, impactándole a un lado del rostro.

Sus ojos se abrieron más de lo normal. Kyoya cedido ante el golpe de su látigo. Eso era una sorpresa, Kyoya es del tipo de personas a las cuales les desagrada por completo la idea de perder contra alguien y esto demostraba algo de debilidad, pero... también sabía que él era del tipo de personas que le gustaban nuevos retos y esto mismo podría significar que ya se había aburrido y quería pasar a otra fase. ¿Otra fase?

Con un leve movimiento volvió el látigo en toda su extensión hacia él. Tomó el otro extremo del látigo con su mano derecha, mientras con la izquierda sostenía la empuñadura.

Caminó lentamente hacia el disciplinario que no se había movido hasta el momento.