Aquella mañana,como casi todas las demás,el joven guardián estuvo ocupado con sus clases y sus entrenamientos diarios.Había estado todo el día de arriba abajo,ese mismo día le tocaba gimnasia y,la verdad,no tenía demasiadas ganas de dar aquella clase,si no de hacer lo que mas le gustaba,boxear.No saltó las clases ya que,para él,el deporte era una de sus grandes aficiones,por lo que incluso al no tener ganas de asistir las disfrutó tanto como pegar a un saco de arena.Terminadas las clases de la mañana se dispuso a abrir su taquilla en el Hall de la escuela,donde su hermana había depositado minutos antes una bolsa con su desayuno.Al cogerlo sonrió al ver que era un bento relleno con muchas de sus cosas favoritas,entre ellas una bebida energética bastante agradable para su gusto.Cerró su taquilla para,inmediatamente,comenzar a andar hacia la azotea,aún le quedaba un largo camino por recorrer,sin contar con la de personas que se encontraría y acabaría por saludar e incitar a que se uniesen a su club.
Al poco rato acabó llegando al inicio de la escalera que le conducirían hasta la puerta de la azotea.No dudó en subirlas,como no,corriendo,llegando en breves instantes.Esperó no tener a nadie que le pudiese mandar a otra parte ya que quería comer tranquilo y sin preocupaciones,había hecho un largo camino hasta allí arriba como para que ahora le echasen sin motivo aparente.Antes de que eso pasara se acomodó junto a la verja mas lejana a la puerta,sentándose para,seguidamente,cruzar sus piernas y acomodarse como era debido.Poco después de eso abrió su bento para observarlo bien de cerca,agarrando sus palillos para elevarlos al cielo.
-¡Itadakimaaasu! -Exclamó,bajando sus palillos para coger un trozo de carne,comenzando así su almuerzo.