Día extraño

Se encontraba en la hora de receso en aquel momento, algo desorientado y sin saber que hacer al no haber encontrado a ninguno de sus amigos en clases, se dirigió a la azotea donde la mayoría del tiempo se juntaba con ellos cuando estaban en receso.

- Que extraño.. -Dijo en voz baja, cerrando la puerta tras él contemplando la azotea vacía- No están aquí tampoco -Volvió a hablar en tono bajo, separándose de la puerta.

Comenzó a caminar a paso lento por la azotea con las manos en la espalda, pensando donde podrían encontrase los demás. A pesar de que al estar con ellos siempre estaba en algún tipo de problema o situación extraña se le hacia raro el no estar con su compañía. Se acerco lentamente a la rejilla del borde de la azotea contemplando el patio del instituto.

- Me pregunto, ¿dónde estarán? -Se apoyo en la rejilla, suspirando, buscando con la vista si encontraba a alguien.

Habia estado patrullando los pasillos la gran parte del día, asegurándose que todo estuviera en orden y la disciplina se mantuviera sin problemas. La hora de receso habia llegado y con eso la salida masiva de alumnos de sus salones respectivos, haciendo que se amontonaran en los pasillos, pero en su presencia aquello era algo de un instante, pues no había quien se atreviera a aglomerarse allí con el pelinegro observando.

Luego de asegurarse que los pasillos estuvieran mas vacíos, decidió ir a la azotea a tomar un breve descanso o incluso hasta dormir una siesta tranquilo, ya que suponía nadie iría allí, y de ser así ... mas vale que abandonaran el lugar. Subio las escaleras hasta llegar al lugar y cerro la puerta, mirando de reojo y arqueando una ceja al ver a alguien ahi.

- ¿Que haces aquí?- pregunto sin alzar mucho la voz, pero que sonaba igual de intimidante que siempre. Se quedo esperando una respuesta, y mas vale que fuera una buena.

Resignadose por la búsqueda de sus amigos en la azotea, dio unos cuantos pasos hacia atrás para volver a buscar en los pasillos a los demás. Pero en el momento en que se volteaba para dirigirse a la puerta, la manilla de esta comenzó a girar, pensando por un momento que por fin aparecerían los que buscaba, pero no era Hibari con su mirada y postura intimidante como siempre, la cual provoco que retrocediera un nos paso sintiéndose algo asustado y nervioso, algo típico en él cuando se encontraba con el pelinegro.

- H-hibari-san.. -Menciono su nombre con voz temblorosa, tragando algo de saliva- B-bueno..Solo buscaba a los demás.. -Trato de responder lo menos nervioso posible, intentando sonreír para fingir tranquilidad- P-pero ya me iba, así que no te molestare.. -Agrego, avanzando hacia la puerta algo apresurado, para dejar al otro solo.

No le sorprendía para nada aquella reacción en el castaño, pues sabia que intimidaba a quien le viera. Ademas de todo, hasta podía sentir el miedo que irradiaba el joven y de cierta manera era mejor estar en esa situación, pues así eran mas sumisos. Observaba como avanzaba hacia el, obviamente para salir de ahí cuanto antes. Mas no le dejaría irse con facilidad e interpuso una mano en su camino, cortandole el paso definitivamente.

-¿Asi que ademas ibas a provocar un gentío aqui?-pregunto con su tono de siempre, avanzando un poco para obligarlo a retroceder- Debería morderte hasta la muerte...

Ya estaba apunto de llegar a la salida, sitiándose levemente aliviado de que saldría sin ningún problema de allí y dirigirse por fin a un lugar más tranquilo, pero en medio de su camino de escape se encontró con el brazo del pelinegro deteniéndose de golpe ante aquel obstáculo, volviendo a ser inundado por su nerviosismo.

- E-eh?!! N-no no.. no iba a provocar aquello, Hibari-san -Negó con las manos, sonriendo nervioso y notándose un leve temblor en su voz al verse obligado a retroceder por el contrario- ¿M-morderme? .. -Interrogo temblando ligeramente, sintiendo que seria su fin- N-no creo.. que eso sea necesario.. -Intento persuadirle, con una leve sonrisa forzada y algunas gotas de sudor bajando por su frente por el miedo que sentía.

Una minúscula sonrisa se dibujo en sus labios al notar mas temor en su victima, a quien obligaba a retroceder mas aun a medida que avanzaba amenazante, extrayendo sus tonfas y ondeandolas mientras avanzaba en señal de que iba en serio. No iba a dejar que escapase sin haberse desquitado con el castaño un rato, después de todo no había nada mejor que un enfrentamiento para sacarse el estrés de encima y seria mas emocionante si se trataba del décimo Vongola, pero debería hacer que sacase aquel poder que le caracterizaba.

-Mas vale que estés pensando en defenderte...- dijo amenzante deteniendo sus tonfas y sus pasos a unos metros de el, listo para arremeter contra el y derribarlo, para lo cual no demoro ni medio segundo para avanzar de manera rápida contra el chico y lanzar un golpe.

Al notar que ya no tenia forma de escapar de la dolorosa paliza que le esperaba, intento calmarse tragando saliva y evitando un poco los leves temblores que tenia por el miedo y nerviosismo que lo dominaba, retrocediendo la misma cantidad de pasos que el pelinegro avanzaba hacia él de manera peligrosa.

- H-hibari-san.. D-deberías calmarte.. un poco.. -Trato de persuadir al contrario, al notar que este se detenía y se ponía a la ofensiva para comenzar una disputa contra él.

Sin saber que hacer y notando la determinación del otro por atacarlo, no tenia más opciones en mente que dejarse masacrar a golpes o defenderse de los mismos. Suspirando resignado, saco de manera rápida sus mitones y el embaste con sus pastillas. Al ver como el contrario se abalanzaba contra él decidido a comenzar la pelea. En un movimiento rápido llevo una de las pastillas a su boca, entrando en su modo ultima voluntad, deteniendo en seco el golpe al sujetar de las tonfas a su adversario.

- No me dejas otra opción que pelear.. -Digo en tono serio, cambiando su mirada a una decidida y dispuesta defenderse de cada golpe que el otro le proporcionara.

Se sintió realizado cuando noto como aquel feroz golpe había sido detenido tan fácilmente por el otro chico, indicando que se había defendido y por consiguiente había entrado su modo de ultima voluntad, pero sabia que aun así lo mas seguro era que su oponente tan solo se mantendría a la defensiva, muy a su pesar. Rápidamente movió su brazo con fuerza para separarse por un momento del Vongola, quedando nuevamente a unos metros de el.

-Mas vale que empieces a atacarme, o moriras aqui- le dijo en tono serio, sin dudar de sus palabras. Al terminar la frase, envolvió sus tonfas en llamas de la nube, haciendo que irradiaran una gran cantidad de flamas purpura, intimidantes a la vista. Ondeo nuevamente sus tonfas y se abalanzo sobre el otro, comenzando a lanzar una serie de golpes, a diestra y siniestra.

Se quejo un poco al sentir la fuerza que ejerció el contrario sobre sus manos para alejarse unos metros hacia atrás, notando la decisión y entusiasmo que este tenia para seguir con la pelea. Trago un poco la saliva calmando su nerviosismo al ver como comenzaban a arder grandes y imponentes llamas al rededor de las armas del pelinegro, las cuales le causaron cierto temor poco notable por si mirada seria.

- No pienso atacarte si es lo que crees Hibari-san -Respondió de manera firme y seria, mirándole directamente a los ojos del contrario- Como tampoco pienso morir aquí.. -Agrego en el momento en que comenzaba a esquivar con rapidez los golpes que proporcionaba el otro en su contra.

Sabia de aquel sentido que tenia el Vongola que le permitía sentir por donde vendrían los golpes y así poder esquivarlos con mayor facilidad, pero a medida que aumentaba la velocidad de los golpes al contrario se le haria mucho mas dificil ponerse a la defensiva. Asi que asi lo hizo, drasticamente de un momento a otro el ataque se habia acelerado y sus brazos eran mas dificiles de seguir con la mirada, aun con aquella intuicion del contrario.

-Te tengo...- pronuncio por lo bajo, casi murmurandoselo a si mismo. Logro conseguir que la defensa ajena se descuidara y con un golpe certero y rapido al rostro del menor lo derribo en un abrir y cerrar de los ojos, jadeando un poco.

Con cada golpe que el contrario proporcionaba en su contra, sentía que se debilitaba más y más su defensa ante estos comenzando a acelerarse dramáticamente su respiración y dando leves quejidos por casa golpe. Ya no aguantaría más y comenzó a pensar de manera rápida en una forma de zafarse de aquellos golpees que se aceleraban a cada instante, por fin logro pensar en algo pero aquel pensamiento fue rápidamente borrado e interrumpido por las palabras pronunciadas por el pelinegro.

- ¿Qué?.. -logro a pronunciar poco después de escucharle y notar como uno de los golpes de dirigía directamente hacia su rostro, de una manera rápida y peligrosa prácticamente imposible de detener.

Así fue como le dio de lleno en el rostro cayendo a un lado en el piso casi inconsciente, sin poder mover su cuerpo debido a que el fuerte golpe le había descolocado en aquel momento, sin más que hacer que solo mirar apenas y algo borroso a su cansado adversario frente a él, mientras sus llamas de ultima voluntad comenzaban a extinguirse.

A pesar de que ya había atravesado su defensa con aquel fuerte golpe y le había dejado casi inconsciente, se sentía algo desilusionado de ver hasta donde podía llegar el chico, que se suponía era el mas fuerte de eso que llamaban familia. Se acerco a el sin prisa hasta quedar a un lado del débil cuerpo del contrario moviendolo con el pie, sin alguna respuesta muy clara. Se agacho y le cogio por el cuello de la camisa, levantandole con fuerza, y de la misma manera pegandole a la pared de un empujon cogiendole del cuello de la camisa otra vez, inspeccionandole con la mirada algo cerca.

-¿Solo esto puedes hacer?- cuestiono al otro en tono severo, con algo de decepcion, sacudiendole un poco para que recobrara algo de consciencia.

Intentando a penas y con un gran esfuerzo mantuvo sus ojos entreabiertos observando con algo de temor y nervios como este se le acercaba de manera lenta y a amenazante hacia él. Dio un leve quejido ante al a garrón de su cuello, siendo levantando por este para luego quejarse nuevamente ante el empujón contra el muro. Tomo por acto reflejo y de manera lenta y algo torpe la muñeca del contrario al ser tomado de nuevo por este el cuello, mirándole aun algo aturdido aun tras de ser sacudido por este.

- H-hibari-san.. -Digo apenas en un susurro el nombre del pelinegro, tosiendo un poco aclarar su garganta y hablar más fuerte- ¿Por qué haces esto?.. -Interrogo mirándole con un rostro algo afligido y un claro tono de miedo en su voz, tono que no puedo evitar dar ya que presentía que esto solo seria el comienzo de lo que el otro pensaba hacerle.

-¿Por que tanto miedo?- interrogo con una voz apagada pero igualmente algo tétrica- En este mismo momento podrías estar intentando zafarte, pero no... ahí estas, temeroso-le miraba con un aire de desprecio y quizas hasta odio. Lo mantuvo sujeto del cuello, también sujeto su mentón con los dedos, obligando a que le mirara a los ojos, pudiendo ver en los de el miedo.

Se relamio los labios ante la actitud del otro, comenzando a acercar su rostro al de el lentamente, amenzador. Rompio la distancia que entre ellos habia uniendo los labios con los del contrario, de manera posesiva en un beso eufórico.

Se quedo en silencio y sin ánimos de responder o comentar algo ante la interrogante del contrario, desviando su mirada al bajar un poco su rostro sintiéndose reprimido por las palabras que el otro le decía. Tras dejar de oír las frías palabras del pelinegro, sintió como este le tomaba del mentón para alzar su rostro acto al cual no opuso ningún tipo de resistencia, mirándole a los ojos de manera sumisa pero aun con temor en sus rostro, temor que aumento al ver como el contrario se relamía, acercándose y acortando la distancia entre ambos rostros.

- ¿Hibari-san? -Pregunto titubeante al verlo cada vez más cerca, intentando en vano alejarle interponiendo una de sus manos entre ambos, empujándole. Acto que no sirvió de mucho, ya que sin más preámbulos sintió sus labios unirse con los ajenos sin poder evitar intentar zafarse de aquello, volviendo a empujar al contrario para separarle.

Era obvio que el chico opondría algún tipo de resistencia ante sus acciones, aunque esperaba algo mas fuerte que un débil empujón, que de poco y nada servia contra la fuerza de su agarre. Con su mano libre aparto las de el para que no le incomodaran en su acto, besándolo con mas rudeza y agresividad, esta vez introduciendo su lengua, irrumpiendo con fuerza en el interior de su boca y degustándole.

Con la misma mano que aparto las suyas, la llevo detrás de su cabeza, hundiendo sus dedos en el cabello ajeno y cogiendole, echandole para atrás con rudeza, dejando vulnerable el cuello del menor, sin titubear al marcarlo.

Se quejo ante las acciones del pelinegro, intentando por todos los medios posible zafarse del agarra de sus manos y de aquel beso que se volvía más agresivo según iba pasando el tiempo, pero aun así sus intentos eran en vano ya que aun su cuerpo no se encontraba del todo funcional ante al fuerte golpe que había recibido poco antes. De un momento a otro abrió de golpe sus ojos al sentir como la lengua ajena se adentraba en su boca, recorriendola casi por completo, moviendo su rostro para separarse del contrario y detener aquel beso.

- Hm.. H-hibari-san..¿Q-qué es todo esto? ¿P-por qué.. haces esto? -Interrogo al sentir al fin su boca libre, mirando con los ojos entrecerrados al contrario, quejándose un poco ante el a garrón de su cabello y luego ante las mordidas en su cuello, mordiéndose levemente el labio inferior intentando separarse del disciplinario removiéndose y forzando sus manos pasa soltarse.

Entre mas intentaba el chico separarse de el, mas forzaba el agarre para evitar que el contrario se liberase del mismo, y haciéndole todo mas divertido al pelinegro. Azoto al chico contra la pared para aturdirlo un poco, luego sujetando su mentón de nuevo y acercando sus labios a su oído, susurrando su respuesta a las debiles preguntas del chico.

-¿Por que lo hago?- repitió, mordiendo luego el lóbulo del contrario- Simplemente porque puedo, y tu no puedes hacer nada...-contesto de manera agresiva y dominante, con una expresión que intimidaría y callaría a cualquiera que le viese. Le pego mas a la pared mientras lo besaba bruscamente una vez mas, esta vez llevando su mano al entrepierna del contrario, frotando por sobre las telas el miembro ajeno.

No puedo evitar soltar un quejido al ser azotado con brusquedad contra la pared, sintiendo como todo le daba vueltas otra vez pero de manera momentánea, a diferencia al golpe residido antes. Intento soltarse del agarre de su mentón, acción que se detuvo al sentir aquella mordida en su lóbulo, obligandole a soltar un leve quejido para luego escuchar las palabras del pelinegro en su oído, estremeciéndose y tragando un poco de saliva ante está, sintiendo como el temor y el miedo le dominaban por completo por la situación en la que se encontraba.

Se volvió a quejar al ser apegado a la pared, sintiéndose cada vez más arrinconado y rodeado por el contrario, notando luego como sus labios entraban en contacto otra vez con los de esté volviendo a forcejear para alejarle. Pero aun así no puedo advertir la mano del pelinegro sobre su entrepierna, la cual comenzaba a masajearle aquella zona, provocando se de separada de golpe de los labios ajenos.

- P-para.. -ordeno en vano, al dejar escapar uno que otro suspiro ante las acciones del contrario, comenzando anotarse un leve sonrojo en sus mejillas.

-¿Que me detenga?- pregunto divertido, a su manera al menos, haciendo caso omiso a su petición masajeando con mas descaro labor su entrepierna, ejerciendo presión con su mano-Quieres que pare ahora, ya veremos luego...-dijo, esperando que el chico se diera cuenta de que no podía huir ni mucho menos resistirse. Se relamió sus labios al ver un leve sonrojo en el rostro del otro, casi ansioso de verle el rostro teñido de aquel carmín.

Aburrido de la espera, llevo su mano al interior de su pantalón, agarrando sin titubear el miembro del contrario con su invasora mano. Comenzó a tocarlo y masajearlo con su palma y dedos, mordiendo el frágil cuello del castaño. Sin detener la actividad en la entrepierna del chico, colo una mano libre por debajo de su camisa, acariciando pecho y vientre de este, delineandolo con unos fríos y posesivos dedos, deteniendo estos en una tetilla del menor, presionándola suavemente con sus dedos, esperando a ver las reacciones del otro, para luego presionarlo con mas fuerza.

Aquellas palabras del peliblanco le causaron gran temor y miedo, provocando que temblara levemente mientras miraba el rostro del contrario con sus ojos ligeramente empañados y demostrando un claro miedo en ellos. Sabia que no lograría zafarse del contrario y mucho menos hacerle frente, así que estaba prácticamente bajo su control y no le quedaba más remedio que actuar de manera sumisa si no quería terminar peor. Sus ojos se cerrando con fuerza al sentir más presión en su entrepierna soltando un leve quejido ante aquello, abriendo luego sus ojos casi de golpe al sentir la mano intrusa del contrario dentro de su pantalón, rozando su miembro el cual comenzaba a reaccionar lentamente ante aquellas atenciones.

- H-hibari-san.. -Susurro su nombre con la voz agitada y jadeante, volviendo a mirar al contrario al rostro con sus ojos entrecerrados y haciéndose cada vez más notorio el sonrojo en su rostro- D-detente.. Por favor.. -Dijo soltando un leve gemido involuntario ante las atenciones en su miembro, mientras sus manos sujetaban con algo de fuerza la muñecas del pelinegro intentado detenerle en vano.