Rescate a media noche..

Se encontraba en aquel desconocido lugar para él con una misión en sus manos, que no era más que encontrar a Haru. Preocupado, sin dejar de ver la nota que había encontrado aquella noche sobre el velador de la habitación en la que hospedaba en su estadía. Aquella nota ponía ‘‘Si quiere volverla a ver con vida, ven al Edificio abandonado de Mafialandia a media noche solo. Si llegas a venir con alguien más ella morirá. ’’, No podía dejar de pensar en lo que la nota decía, preguntándose una y otra vez como se encontraría.

- Esta lugar da algo de miedo.. –Murmuraba temeroso, mirando por donde caminaba- ¿Dónde estará? –Se preguntaba fijando la vista en cada rincón y figura que notaba divisar con aquella tenue luz que proporcionaba la luna.

Continuo caminando temeroso que le hubiera ocurrido algo por su culpa, recordando que antes de correr hasta aquel sitio había revisado la habitación de la chica, la cual se encontraba vacía y algo desordenada.

- Ah!! No puede estar pasando esto! –Se agarro la cabeza, gritando angustiado- Toda esto es mi culpa.. –Bajo la voz, al igual que su mirada. Comenzando a sentir como la culpabilidad lo carcomía por dentro, derepente a lo lejos noto una silueta familiar, abriendo bien los ojos- Haru!! –Corrió apresurado hasta ella, mirándole conmocionado.

Corrió donde la chica preocupado por su bien estar, según iba avanzado fue notando de apoco que no se encontraba herida, solo amarrada e inconsciente lo cual hizo disminuir un poco su preocupación. Se detuvo en frente de ella, levantando la mirada para poder observarla mejor.

- Haru!!-Grito el nombre de la chica, intentando en vano que esta reaccionara- Espera pronto se sacare de allí -Dicho esto, se puso sus mitones y saco sus pastillas de la ultima voluntad, para poder soltarla.

Saco una de las pastillas del embace dirigiéndola a su boca, cuando escucho una risa familiar volteando inmediatamente donde supuse que provenía. Diviso una silueta familiar y aterradora para él, volviendo ligeramente su vista donde se encontraba ''Haru'' la cual se devanecia en una simple niebla, dirigiendo nuevamente su vista donde aquella silueta.

- ¡¿Qué has hecho con ella?! -Interrogo gritando molesto, apretando uno de sus puños, volviendo a escuchar la risa y notando por fin de quien se trataba aquella silueta- Mukuro.. -Menciono el nombre del otro, algo nervioso, dando un paso hacia atrás pero aun intentando parecer firme- ¿Qué haces aquí? Y, ¿Dónde esta Haru? -Alzo la voz al preguntar, mirando algo serio al contrario, pero con un nerviosismo y miedo que le invadía por dentro.

-kufufu...-Mal movimiento por parte de Sawada, el ilusionista malevolo estrecho la mirada fijandose en las pastillas y esas manoplas...pero concretamente "en las pastillas". Como es evidente no iba a ceder a sus exigencias nimias y latosas, pero si a divertirse, claro, cuando todo estuviese asegurado y el primer punto era inmovilizarlo- Quieres ver a tu novia? claro-trono por segunda vez sus dactilares y unas veinte Harus aparecieron alrededor del castaño echandosele encima como si fuesen un equipo de rugby placando a un miembro del equipo rival. Mukuro tuvo que aguantar el morir de risa al ver al menor estirado del pelo, la ropa y las extremidades entre cosas pasandolo mal entre tanta niña
-Seguramente nunca has tenido tanta atencion por parte de las mujeres...-Comento entretenido.
Una de ellas logro arrebatarle de la mano sus pastillas y se separo del monton dirigiendose a la carrera hacia el lugar donde se encontraba su creador entregandoselas con presteza. Él las examino por un momento y luego las guardo en su chaqueta a buen recaudo ("Las cosas extrañas no se comen")
Se incorporo pesadamente y miro hacia Tsunayoshi quien estaba sujeto de brazos y piernas por Harus abrazadas a ambas evitando que hiciera moviiento alguno. Se encogio de hombros el mayor sonriendo a modo de disculpa con toda hipocresia
-Kufufu realmente no tengo ni la mas remota idea de donde este tu novia- levanto el tridente y se acerco a el colocando la punta afilada del pico mas largo en su traquea- Ahora te tengo todo para mi Sawada quizas deberias preocuparte un poco mas por eso.

El volver a escuchar la risa burlona del contrario, se irrito un poco al notar que sus interrogantes fueron ignoradas por este por lo cual decidió entrar en ataque llevando el frasco de pastillas cerca de sus labios para comer una, pero repentinamente fue atacado y tirado el piso por un grupo de ilusiones de Haru, la cuales le aprisionaros contra el suelo tomando sus extremidades inmovilizándolo.

- Maldición.. -Se quejo tratando de soltarse en vano, mirando de reojos y algo molesto a Mukuro. De repente noto que sus pastillas fueron arrebatadas de su mano, sobre saltándose por aquello- Devuélveme eso!! -Grito casi en forma de orden, forcejeando más fuerte.

Molesto e incomodo por la situación en la que se encontraba, comenzó a intentar como pudo zafarse de sus agarres mirando con cierto rencor a Mukuro. Aquel rencor y molestia aumento cuando escucho su comentario, haciendo que se enojara y desesperara de verdad, alzando con fuerza sus brazos y piernas logrando soltarse de algunos de sus agarres.

- ¿ Cómo que no sabes donde esta? -Grito desesperado, tratando de acercarse y abalanzarse sobre el ilusionista, con una notoria mirada de ''odio''. No era muy normal aquello en él, pero el no saber como se encontraban sus amigos o con solo pensar en que estaban en problemas por su culpa, podía sacar lo peor de él.

Alzo una ceja y lo esquivo con soltura haciéndose ágilmente a un lado, eso si, coloco el brazo que portaba el tridente para interceptar su cuerpo colocando su rostro a un palmo del de Sawada viéndolo con fijeza a los ojos, soltó una risa despótica y lo lanzo al suelo acercándose. Luego alzo su tridente atrapando su cuello en las separaciones de las púas para evitar que se moviera.

-Pues eso…que no tengo idea…-Aparto el tridente y le dio una patada con la punta del zapato en las costillas apoyando el pie y parte de su peso sobre su caja torácica, mofándose. Iba a jugar un poco antes de usarlo…- realmente eres ingenuo, kufufu, y se supone que te vas a convertir en el próximo capo de los Vongola? no me hagas reir-pregunto con marcado tono incrédulo- realmente debería matarte ya mismo y poseerte…pero tengo una mejor idea –su lengua apareció para limpiar libidinosamente sus labios dejando que el menor lo notara

Al notar como el contrario lo esquivaba tan fácilmente frunció levemente le ceño, pero sorprendiéndose luego al ver como este le atrapaba de manera ágil y quedaban sus rostros a pocos centímetros de distancia, logrando hacer aparecer en su rostro una mueca algo incomoda y molesta ante la risa de este. Sin previo aviso se vio arrojado al suelo con el cuello y rostro aprisionado entre las separaciones del arma del ilusionista, por lo cual no pudo evitar mirarle algo rencoroso.

- Eres un.. -Sus palabras fueron callas ante el golpe en sus costillas, logrando hacer que escapara un leve quejido de sus labios ante la presión que el pie del contrario ejercía sobre su cuerpo-... -Se quedo unos instantes en silencio con una clara muestra de molestia y dolor en su rostro escuchando las palabras del mayor, reaccionado ante las ultimas- ¿Una.. idea mejor? -Interrogo con dificultad ante la presión en su pecho, sin quitar la vista de la acción que el otro hacia la cual le causo que un gran escalofrió recorriera su espalda.

Ese grito fue como música para sus oídos, tanto que no pensó en negarse uno más asestando un segundo puntapié en el mismo sitio liberando al joven Vongola, posteriormente desaparecio su tridente puesto que ya no seria necesario y se inclino a recoger al menor del cuello de la camiseta -kufufu..”soy un”? Un maldito? Un demonio?...-interrogo enervando la mirada con clara satisfacción- Que, Tsunayoshi kun?...-Se lo llevo fácilmente hacia donde antes había estado atada la falsa Haru, arrojándolo como si fuera un fardo al suelo.

Nuevamente estaban a solas, las figuras ilusorias se disiparon hacia unos minutos como si fueran fantasmas maliciosos con idéntica expresión a la de su dueño el cual se desprendía de su chaqueta a movimientos fluidos y pulcros avanzando a paso parsimonioso.

-kufufu, no te gustan las sorpresas? –Comento de manera juguetona mientras entre sus manos empezaba, de la nada, a manejar una cuerda fina, enredándola entre sus dedos. Al llegar a su altura lo volteo de otra patada y unió sus brazos tras la espalda, apoyando la rodilla en la zona lumbar asegurándose así que estuviera quieto mientras con el cordón daba varias vueltas sobre sus muñecas a riesgo de cortarle la circulación- Te ayudare a definirte...-Dio un fuerte nudo que ni él sabia deshacer; Inclino el rostro en dirección de dirigir su voz al oído ajeno en un tono atemorizante y atrayente a su vez- Tienes miedo?

saso: lo prometido es deuda...solo perdoname tanto tiempo Dx

Solo se limito a dar un nuevo quejido de dolor ante el puntapié residido, mirando luego de mala manera al ilusionista quien preguntaba en aquel tono tan irónico aquellas cosas que para el eran sin sentido, no pudo evitar reaccionar de manera nerviosa y con temor al ver aquella mirada del contrario sintiendo un leve escalofrío, provocando que desviara la mirada.

Sin previo aviso se vio arrojado cual objeto contra el suelo, cayendo en seco, quejándose adolorido y intentando en vano en un movimiento rápido huir a duras penas del contrario, viendo con temor como este se acercaba y nuevamente lograba atraparlo.

- D-déjame, por favor.. -replico, aunque más sonaba una suplica, cerrando con fuerza sus ojos demostrando claramente el miedo que sentía al intentar forcejear y escapar de las ataduras que le impedían de a poco moverse. Su forcejeo seso el verse inmovilizado por aquella cuerda que le dañaba sus extremidades, provocando que el temor le inundara casi por completo al escuchar aquella pregunta que se negó a responder, sintiendo nuevamente un escalofrió recorrer su espalda y como un leve sollozo escapaba de su boca.

(Iki: Gomen.. por el atraso.. n ñU -no tenia inspiración y no cree que respondió de la mejor manera- pero por fin respondí *-*U)

Saso: XDU bueno, tardanza por tardanza...esta bien x3 por ciertop!!! amo lo que le hicieron al foro ♥___♥

Un estremecimiento ascendente rozo su espina dorsal cuando percibió que el cuerpo bajo si dejaba poco a poco ese forcejeo temeroso y comenzaba a temblar bajo su sometimiento…una sensación placentera en grado obsceno.

-Kufufu…- se hallaba complacido; Ahora, con el pánico instalado en el interior de Tsunayoshi, su constante tiritar el echo que dejaba de luchar en contra y, al contrario, trataba de apelar a la inexistente piedad de Mukuro con aquellas palabras…esa frase…le hizo relamerse como saboreando el miedo gradual de su presa sumisa a su voluntad.

Eso era lo mas morboso y deleitable de todo aquello, mucho mejor que una vulgar posesión, podría tenerlo a su antojo

-Me tomare eso como un si…-Un murmullo fascinante y escalofriante fue la voz del ilusionista en esta frase y acaricio suavemente el oído del joven e inexperto líder de los Vongola y luego la experiencia húmeda, libidinosa de la lengua de Mukuro en la nuca trazando una línea descendente a la vez que su mano también bajaba por el torso palpando ese cuerpo que con tanta ansia había querido obtener- Oya, Oya…mi querido Tsunayoshi…no es tan simple como eso… –Lo hizo arrodillarse erguido sin soltarlo todavía de las muñecas y, él, entonces se posiciono de la misma manera tras la espalda hundiéndose con sus labios y lengua en la vulnerable piel del cuello dejando a su paso unas marcas rojizas al sorber con saña- Hace mucho tiempo que quería tenerte así. No me interrumpas…-Susurro a modo de advertencia, estirando la prenda superior del menor por la que surgió una hoja plana, plateada, súbitamente, una daga ilusoria sostenida por el mayor que abrió la tela en dos y dejo al descubierto el pectoral del joven, luego cayo al suelo cercano a ambos hasta que Mukuro quisiera volver a usarla si bien fuera para destrozar la ropa de Tsunayoshi también quedaba como una muda amenaza de terminar con la vida de este en caso de resistencia o peor…torturarlo…pero seria menos divertido que lo que pasaba por la cabeza del guardián de la niebla en esos segundos que se deshacía de sus propios guantes y las yemas heladas de sus dedos se posaban en la tibia piel de su vientre, y ascendían proporcionándole un toque gélido, mas incluso que las corrientes de aire que se colaban en el ruinoso edificio...contrastaba con el aliento ardiente de Mukuro en lo que mordía con inusitada delicadeza y pausa los hombros del menor...

Iki: Gracias~ n n era un intento para revivir un poco el foro de su fealdad (?)


El joven castaño sumiso y temeros ante las acciones del chico de ojos disparejos, se limitaba solo cerrar con fuerza sus ojos, sintiendo como ya comenzaba a brotar el llanto de ellos y a hacer caso sumisamente a las maniobras que el contrario ejercía en él. Su silencio fue interrumpido al dejar escapar un ligero suspiro al sentir sobre su cuello la húmeda extensión del ilusionista, para luego verse arrodillado frente a este y sentir nuevamente otras atenciones sobre la piel de su cuello, intentando no dejar escapara ninguna otra muestra de placer de su parte lo cual se le hacia casi imposible.

- ¿Q-qué haces?... -Interrogo entre suspiros provocados por las atenciones del contrario, entreabriendo sus ojos un poco observando como el ilusionista comenzaba desprenderle de sus ropas con una afinalada cuchilla lo cual provoco que su cuerpo por inercia se contrajera y apegara su espalda al cuerpo ajeno, evitando así tener contacto en la hoja de la cuchilla la cual vio a unos centímetros en el suelo, notando que tal vez no seria la ultima vez que el contrario la utilizaría.

Sus pensamientos sobra aquella maniobra amenazante pasaron a un segundo plano cuando sintió las frías manos de Mukuro sobre su cuerpo ya descubierto, provocando que se tensara e intentara removerse para apartarse de estas, intento en vano que fue detenido al sentir las mordidas sobre su piel los cuales provocaban que involuntariamente diera uno que otro quejido o suspiro placentero ante aquellas acciones, al mismo tiempo que sus ojos volvían a cerrarse con fuerza y un evidente sonrojo se asomara en sus mejillas.